sábado, 18 de julio de 2015

DULCE ESPERA


A una persona muy especial en mi vida, a quien le había ofrecido unas cuantas letras.
Esto es para vos mi gran amigo, te merecés... esto y muchos versos mas.
Son muchas las horas,
en que muda me quedo,
solo contemplando el cielo,
mientras por mi mente pasan
torrentes de palabras
que quieren agolparse,
para formar versos.
Se despierta
mi alma adormecida,
y vienen hacia mi
los mas dulces recuerdos.
A veces
en las oscuras noches,
cuando la luz de la luna,
no osa asomarse,
otras veces,
en los claros del día,
cuando los rayos serpentean,
allá en la montaña azul,
donde la virgen morena,
nos acuna,
nos vigila y nos bendice.
Suelen las palabras,
algunas veces,
esconderse,
debajo de las páginas,
de mi vieja agenda,
otras veces,
salen,
como plegaria misteriosa,
que en dulce ritmo,
se convierten
en oración perpetua,
Otras tantas,
quizá sean muchas,
en las que
el dolor y la agonía,
hacen presa
de mi alma atormentada,
por tanta violencia,
maltrato y miseria,
entonces las palabras
se hacen duras,
desdeñosas
y se convierten
en sendas lágrimas.
Si pudiera,
sin trabas hablar mi alma...
como sería su voz?
Hoy dejaré
que mi tristeza se convierta
en un poema santo,
mientras mi alma se alza
como un dulce canto.
No musitarán
mis labios versos,
pues están a la espera,
de un tierno beso.
9:16 p.m. 13 de julio de 2014
Foto de Margoth Perez Arias.

HUELLAS


Dijo,

con un leve ...
temblor en los labios, 
esos tiempos ya no vuelven.
Los tiempos
en los que 
el sol salía presuroso, 
para posarse 
en las rojas tomateras, 
en los que 
el verso era santo
y los cantos eran puros, 
en los que la luna silenciosa,
acunaba 
al perdón y a la ternura.
Esos tiempos ya no vuelven,
en los que 
la gente se moría de vieja, 
y aun así,moría, 
con una sonrisa en los labios,
en los que 
dulcemente se albergaba,
sin temor al caminante,
en los que
debajo 
de una rustica ventana,
se entonaba 
una linda serenata.
No volverán los tiempos
del trompo, 
el barrilete y las canicas,
del cacho, 
del ciéntaro, y las escondidas,
de los calabongos, 
del hula-hula 
y las casitas de muñecas. 
De sus ojos, 
se escapó una lágrima, 
mientras
tristemente musitaba,
esos tiempos ya no vuelven. 
No volveremos 
a escuchar tañer, 
alegremente las campanas, 
ahora solo escuchamos
el zumbido de las balas,
ya no se escucha
el trino de los pájaros
despertando en la mañana, 
ahora solo se escucha
gritos, llanto, malas palabras. 
Ya la navidad
no huele a niño Dios, 
a villancicos y buñuelos, 
ni el año nuevo 
a buenos deseos, 
a abrazos y te quieros. 
Dijo,
mientras sendas lágrimas
surcaban su rostro, 
¿Será que a mi pueblo, 
lo habrá ajado el frío?

!Cuánto te amo mi Ocaña del alma, mi Ocaña, cuanto te amo, dormida o despierta, de pie o aun arrodillada!
9:57 p.m. 14 de julio de 2014
Foto de Margoth Perez Arias.

GRANDIOSO AMOR


( La historia en cinco minutos de Rufina y David.)
Margoth Pérez A.
Se han ido haciendo lentos sus pasos, el tiempo se ha venido encargando poco a poco de sus cuerpos, sin poder detenerlo.
Ella con su costal al hombro. Qué contendrá? Acaso, las ilusiones perdidas? O amores del pasado? O quizás sus sueños?
Él, encorvado, los años han llegado duro, dice, han sido años de brega, cargados de sol y de brisa, de inclementes aguaceros y fríos decembrinos.
Sabe doña? Me dice, con esa vocesita apenas audible, para no despertar a su mujer quien duerme plácidamente, tendida en el piso; Usted es la que nos va a hacer un poema verdá? Ya me acordé. Usté va a leernos porque nosotros no sabemos.
Si, le respondí, claro que les haré un poema y también se los leeré, es una promesa.
Apenas y sonríe, le acomoda un poco la cobija a su mujer porque ha empezado a hacer frío.
Ya los años pesan me repite, y los huesos duelen, así como el dolor del frío.
Sonrío, no quiero interrumpirle, es grato escucharle, contrario a los transeúntes que pasan sacándoles el quite.
Tal vez cuando me encuentren sola por la calle, también me mirarán con el mismo recelo que ahora lo hacen.
Vamos a cumplir 28 años juntos, me cuenta, el 3 de julio estaremos de... De que doñita? Nada respondo, lo dejo que divague un poco y piense en lo que quiere decirme.
Ah ya, me dice, Aniversario, aniversario, si, doñita, 28 años de estar juntos.
Guaoooooooo, le he respondido, 28 años? Una vida entera.
Sonríe mientras expulsa una bocanada de humo.
Ha estado fumando un cigarro y en sus manos mugrientas, con unas uñas extremadamente largas, conserva el mismo tarro que me enseñó hace unos días para que le trajera un café.
La lluvia ha empapado las calles, la gente corre a resguardarse, otros pasan presurosos con sus sombrillas abiertas y nosotros...
Nosotros seguimos charlando, Su mujer no se ha percatado ni siquiera de mi presencia, sigue durmiendo como una morsa, jajajaja, me río para mí.
Yo la rescaté del catatumbo, me ha contado, cuando sus padres la dejaron abandonada por allá, sabe?
A mi me dio pesar y me la traje a vivir en un lugarsito que me había dejado buenamente don Luciano Luna, ya murió, el pobrecito.
Allí teníamos un techito y el café de la mañana me decía.
Supe que la conversación se iría un poco larga, así que busqué acomodo recostándome a la pared, mientras él, como jugando a las bolitas de cristal, lanzó la colilla de cigarrillo a cualquier lugar.
Gracias le dije.
Porque? Me preguntó.
Por hablar conmigo, le he respondido.
Volvió a sonreír y su sonrisa fue hermosamente tierna, de esas sonrisas que te traspasan el alma.
Dónde tenían el ranchito y que pasó con él? Pregunté.
Ah doñita, me dijo, con su característica ternura, tuvimos que salirnos de ahí a la muerte de don Luciano Luna. Sus tres hijos, tres hijos tenía don Luciano, me ha dicho. Lo conoció usted?
Le dije que no, y sin tomar en cuenta mi respuesta continuó... Ellos se iban a repartir la herencia, buena herencia, la que había conseguido don Luciano Luna con su trabajo en esa bomba en la Primavera, o en las Llanadas, no me acuerdo, dijo. Ahí en el garaje vivimos nojotros como diez años, bien vivios. Sonrió de nuevo, mientras volvía a acomodarle la ruana a su mujer.
Tuvieron hijos, le pregunté. NOOOOOO, me respondió, Dios sabe como hace las cosas, pobres pegoticos, dijo, y guardó silencio, un silencio que entendí, significaba, o el término de nuestra conversación o la remembranza de sueños ya perdidos.
Cesó la lluvia tan de repente como había comenzado, la gente caminaba mas despacio, y podían mirarnos con mayor detenimiento. Jajajaj, reí de nuevo para mí, que curioso, la gente presta mas atención a las personas que parecen extrañas que a sus propios hijos, que piden a gritos un poco de atención. Prestan mas tiempo a las cosas sin importancia que a un turpial, mientras alimenta a sus polluelos.
Curioso, verdad? Pensé mientras observaba las manos de mi estimado David Reyes y a la durmiente Rufina Ramírez.
Nos tomamos un café?, le pregunté.
Sonriendo me dijo, pero con leche y no se olvide que Rufi toma es Te en leche.
Mientras cruzaba la calle en busca del pedido, sonreía.
QUÉ GRANDIOSO ES ESE AMOR, !CARAJO!
Foto de Margoth Perez Arias.Foto de Margoth Perez Arias.

POR VOS


Por vos
soy todas las alegrías...
y los sueños que sueño,
soy dulzura en los labios,
soy sombra y soy beso.
Por vos
soy noche y soy lumbre,
soy vaga luz
y pared y techumbre,
soy eco y soy nieve,
soy días y meses
y también años floridos.
Por vos
sos ternura y soy calor
soy viento y soy luna,
soy
los pliegues del tibio aroma
y soy los bosques de nido
que llena el alma
de tierno cariño.
Por vos soy lo que soy.

9:29 p.m. 12 de junio de 2015
Foto de Margoth Perez Arias.

martes, 19 de mayo de 2015

HORIZONTE


Me gusta andar en el camino
con mis manos abiertas al viento, 
dibujando
palabras de amor y de ternura,
mientras van cayendo las hojas
Me gusta andar en el camino,
mientras
va sigzageando el tiempo,
escribiendo sueños en la arena
antes de que el futuro los congele.
Me gusta andar en el camino...
si,
me gusta andar en el camino.
11:54 p.m 30 de abril de 2015
 

SILENCIO


¡Silencio!
Entras a mi boca
y te quedas allí,
ensimismado,
como se han quedado
las hojas de los árboles
en ausencia
del viento que las mueve.
¡Silencio!
Te deslizas por mi cuerpo,
me inundas
y te detienes en mis vísceras
para regresar de nuevo
y posarte en mis oídos.
No pían los pollos del vecino,
ni ríe el niño en la calle,
no revolotean
los chulos en el cielo,
y no hay
una sola alma viviente en la calle.
¡Silencio!
Te quedaste en sus lunas
y en sus mares,
en sus labios
y en sus manos,
en sus besos
y en su corazón palpitante.
¡Silencio!...
¡Silencio!...
¡Silenc...!
9:01 p.m. 30 de abril de 2015
 

ME ESCUCHAS?





Me escuchas señor?
Porque entonce 
no te manifiestas?
Hoy mi rostro
no estará en actitud orante.
Hoy una vez
mas me atreveré a buscarte
en la sonrisa perdida
del muchachito hambriento,
en las lágrimas de la joven viuda,
en las manos callosas
del campesino esperanzado
y en la carretera polvorienta.
Te buscaré una vez mas
en el nido de los pájaros
y en las gotas de rocío,
en el susurro del viento
y en las tiernas mariposas.
No me escuchas señor?
Tampoco escuchas los lamentos
de la sangre derramada
en las calles desiertas
de los pueblos que se hicieron
pueblos de nadie?
Te buscaré
en los sueños y en el canto,
en la ternura y la esperanza,
en el perdón y el desconsuelo.
Te buscaré
en los chicos que aun sueñan,
y en el cansancio de los cuerpos,
en el hedor de la mentira
y en la venganza que asesina,
en los arrayanes empolvados
y en la azulada luna fría.
Hoy no rogaré ni elevaré plegarias,
hoy te buscaré
en la risa y en el canto,
en el verso y en la tibia noche,
o en la fatiga y en la tierra desolada.
8:49 p.m. 30 de abril de 2015