sábado, 18 de julio de 2015

HUELLAS


Dijo,

con un leve ...
temblor en los labios, 
esos tiempos ya no vuelven.
Los tiempos
en los que 
el sol salía presuroso, 
para posarse 
en las rojas tomateras, 
en los que 
el verso era santo
y los cantos eran puros, 
en los que la luna silenciosa,
acunaba 
al perdón y a la ternura.
Esos tiempos ya no vuelven,
en los que 
la gente se moría de vieja, 
y aun así,moría, 
con una sonrisa en los labios,
en los que 
dulcemente se albergaba,
sin temor al caminante,
en los que
debajo 
de una rustica ventana,
se entonaba 
una linda serenata.
No volverán los tiempos
del trompo, 
el barrilete y las canicas,
del cacho, 
del ciéntaro, y las escondidas,
de los calabongos, 
del hula-hula 
y las casitas de muñecas. 
De sus ojos, 
se escapó una lágrima, 
mientras
tristemente musitaba,
esos tiempos ya no vuelven. 
No volveremos 
a escuchar tañer, 
alegremente las campanas, 
ahora solo escuchamos
el zumbido de las balas,
ya no se escucha
el trino de los pájaros
despertando en la mañana, 
ahora solo se escucha
gritos, llanto, malas palabras. 
Ya la navidad
no huele a niño Dios, 
a villancicos y buñuelos, 
ni el año nuevo 
a buenos deseos, 
a abrazos y te quieros. 
Dijo,
mientras sendas lágrimas
surcaban su rostro, 
¿Será que a mi pueblo, 
lo habrá ajado el frío?

!Cuánto te amo mi Ocaña del alma, mi Ocaña, cuanto te amo, dormida o despierta, de pie o aun arrodillada!
9:57 p.m. 14 de julio de 2014
Foto de Margoth Perez Arias.

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